PADRES EN ACCION

Una mamá del colegio quiso compartir con nosotros un artículo del Waldorf School of the Peninsula en California, Estados Unidos. Es una institución que se encuentra cerca de San Francisco, donde padres del colegio trabajan en el área de tecnología, en empresas como Google y Facebook. El link original de la nota, que aborda la filosofía de las escuelas Waldorf sobre la tecnología y cómo afecta a los niños, es http://waldorfpeninsula.org/curriculum/media-technology-philosophy/  Agradecemos este aporte a Amber Alexander, y transcribimos la traducción del texto al castellano.

Hoy en día, los niños pasan mucho menos tiempo que las generaciones anteriores en contacto con otros niños, con adultos que los cuidan y con la naturaleza. La fascinación que produce el entretenimiento electrónico de nuestra sociedad sobrecargada de medios influye en el desarrollo emocional y físico de los niños y adolescentes en muchos niveles, y puede disminuir su capacidad para generar un vínculo auténtico con los otros y con el mundo que los rodea.
Según investigaciones cerebrales, la exposición a los medios electrónicos puede provocar cambios en la red neuronal del cerebro, lo que, a su vez, puede afectar, por ejemplo, el seguimiento ocular (necesario para leer); los niveles de los neurotransmisores; y la recepción sin dificultad de las imágenes creativas que reciben los estudiantes, fundamentales para el aprendizaje. Asimismo, la exposición a los medios puede vulnerar la robustez de la interacción y el juego que los niños mantienen con sus pares.
Los educadores de la pedagogía Waldorf consideran que es mucho más importante que los estudiantes interactúen entre ellos y con sus maestros, así como que trabajen con materiales reales, en vez de entrar en contacto con medios electrónicos o tecnológicos. Al explorar el mundo de las ideas y participar en expresiones artísticas, musicales, cinestésicas y prácticas, los niños desarrollan cuerpos sanos y robustos, cerebros equilibrados y bien integrados, confianza en las destrezas prácticas que deberán aplicar en el mundo real y una gran capacidad para la función ejecutiva.
En su programa para la escuela secundaria, el sistema Waldorf adopta la tecnología con enfoques que potencian el proceso de aprendizaje, pues se utiliza como una herramienta y no como un sustituto del docente. Los alumnos dominan la tecnología con rapidez, y numerosos graduados de Waldorf tienen un exitoso desempeño en carreras vinculadas a la computación.
Estudios recientes sobre el uso infantil de los medios electrónicos
Estudios recientes revelan que el uso intensivo de las computadores en el aula tiene un impacto negativo sobre aspectos clave del aprendizaje infantil.
De acuerdo con un estudio realizado en el año 2012 por Common Sense Media, una organización sin fines de lucro de la ciudad de San Francisco, existe la creencia generalizada entre los maestros de que el uso constante de tecnología digital por parte de los alumnos deteriora su lapso de atención y su capacidad de perseverar ante tareas arduas.

Los resultados del estudio son los siguientes:
•         El 71% de los docentes manifestó que el uso de los medios electrónicos de entretenimiento afectó el lapso de atención de los alumnos “mucho” (34%) o “algo” (37%).
•         Casi seis de cada 10 (58%) docentes afirman que el uso de los medios electrónicos de entretenimiento (incluidos los mensajes de texto) afectó la capacidad de expresión escrita de sus alumnos “mucho” (19%) o “algo” (39%).
•         Asimismo, los docentes revelan que los medios electrónicos de entretenimiento afectaron “mucho” o “algo” la capacidad de los estudiantes de comunicarse cara a cara (59%) y su pensamiento crítico (42%).
En el estudio que se llevó a cabo en el marco de la propuesta Pew Internet Project, también en 2012, casi el 90 por ciento de los docentes afirmó que las tecnologías digitales estaban creando “una generación que se distrae con facilidad y cuyo lapso de atención es corto”.
Los beneficios de usar la computadora en el aula son poco claros; sin embargo, cada vez más escuelas de todo el país avanzan en tal dirección. Según el periodista del New York Times Matt Richtel (In Classroom of the Future, Stagnant Test Scores, 3 de septiembre de 2011, cita textual): “En síntesis: las escuelas gastan miles de millones en tecnología, aun cuando reducen presupuestos y despiden maestros, y aún no se ha demostrado de manera contundente que este enfoque mejore el aprendizaje básico”. 
Según lo informado por la institución The Kaiser Family Foundation, fuera del aula los niños de ocho a dieciocho años de edad pasan un promedio de siete horas por día frente a la pantalla, las que se transforman en diez si consideramos que hacen varias cosas a la vez con el apoyo de la tecnología. Es más tiempo que el están en la escuela. En el contexto de nuestra cultura, conviene analizar las actividades que un niño o adolescente puede no estar haciendo durante esas horas, mientras interactúa con la pantalla. Puede no estar trepándose a los árboles, haciendo juego libre, ideando en equipo junto a pares las reglas y los personajes del juego, tocando un instrumento, bailando o fantaseando. Es decir, puede no estar haciendo actividades que desarrollan niños sanos y felices.

La filosofía de Waldorf School of the Peninsula sobre los medios electrónicos y la tecnología
La atención de los medios dedicada a WSP se centra en gran medida en lo que consideramos una falsa dicotomía: ¿sí o no a la tecnología?
El valor de lo que las escuelas Waldorf ponen en práctica es mucho más rico. Nuestro objetivo es que los niños se relacionen con lo que verdaderamente necesitan en el orden en que lo necesitan (enfoque de desarrollo) a fin de nutrir cuerpos fuertes, sentidos saludables, un desarrollo emocional pleno y vivaz, y la pasión y la inquietud por el aprendizaje intelectual antes de entrar en contacto con la poderosa influencia de la tecnología. Tal enfoque de aprendizaje, con una introducción paulatina en el mundo tecnológico, permite que los niños finalmente se fortalezcan.
Nuestras convicciones:
•         La mejor forma de cultivar las competencias que se necesitan para llevar adelante una vida satisfactoria, con metas y feliz en el siglo veintiuno es brindar una educación que satisfaga y se ocupe integralmente de las necesidades de desarrollo de los niños, las cuales son por completo diferentes en cada ciclo, desde la primera infancia hasta la escuela secundaria. En otras palabras, se trata de acercarles “lo adecuado en el momento justo”.
•         Exponer a los niños a la computación antes de que estén preparados (alrededor de 7º grado) puede perjudicar su capacidad de desarrollar a pleno cuerpos fuertes, hábitos saludables de disciplina y autocontrol, una capacidad de expresión creativa y artística fluida, y mentes flexibles y ágiles.
•         La alfabetización digital —capacidad esencial en el siglo veintiuno— puede dominarse rápidamente en la adolescencia si el niño llega a esa etapa con una madurez de desarrollo que le permita discernir cómo, por qué y cuándo utilizar la tecnología como herramienta.
Las escuelas Waldorf ponen extremo cuidado en la estructura del entorno que ofrecen a los niños de modo tal de estimular al máximo el espíritu inquisitivo y la imaginación. Los maestros relatan cuentos a los niños pequeños y les piden que creen su propia imagen y representaciones mentales, en lugar de mostrarles una imagen creada por otro. Los estudiantes del nivel secundario reciben estímulos tales como estudiar biografías y buscar en ellas elementos en común con su propio mundo y aspectos que se relacionen con él.
A toda edad, los alumnos son inmersos en actividades artísticas, donde a diario cantan, tocan la flauta dulce, pintan, se expresan creativamente a través del movimiento y dibujan. Adquirir las habilidades que se requieren para integrar una comunidad es una parte tan importante de los programas de enseñanza como aprender las tablas de multiplicar. El aprendizaje que se acerca de una manera entretenida y conectada con las emociones es un aprendizaje feliz, profundo, fecundo y perdurable. Esta niñez con menos presiones da paso a un adulto saludable, competente y equilibrado.